La historia de Panda ha sido una de las novelas escritas con un sentimiento único y especial. Recuerdo haberla escrito con palabras sofocadas de mi corazón. Sentía la necesidad de expresar los momentos vividos con Panda porque aún estaban latentes en mi mente. Era como si tuviese miedo de olvidar esos detalles hermosos vividos y me veía con la prisa de escribirlos. Así, una vez escritos, por aquello que la mente me golpee con el olvido, podría leer una y otra vez la historia de mi lindísima Panda.
Crecí sin tener mascotas, mi niñez si la llego a explicar, se reconocería como una vida de húngaro. Tuvimos la suerte de viajar mucho y vivir en varias ciudades. Tuve una infancia hermosa llena de experiencias mágicas. Por lo mismo de andar de un lado para otro, una mascota no entraba en los planes de mis padres y creo que tampoco nos hizo falta.
Las mascotas llegaron a mi casa porque a mi esposo le encantan los perros. Nuestro primer perro, Thunder, así se llamaba, llegó a nuestra casa porque mi esposo lo encontró cuando era un cachorrito, alguien lo había abandonado en la calle y el pobre estaba solito y lloraba. Mi esposo toco puertas de los vecinos para ver si pertenecía a alguien y una vez que nadie lo reclamo, lo trajo a casa en una caja de zapatos.
Después de Thunder, llegaron, Rubén, Gaucho y Panda. Todos y cada uno de ellos fueron hermosas mascotas y nos llenaron de alegrías, pero Panda… Panda fue especial desde su primer día en casa. Llego a nuestro hogar a las ocho semanas de nacida. Era una perrita muy juguetona y tierna. A falta de madre, se apegó a mí como si fuese su verdadera madre.
Me enamore de Panda enseguida. Sus pequeñas travesuras me encantaban y su fiel forma de buscarme me hacía sentir un amor incondicional nunca percibido. Expresar ese amor incondicional es difícil. A Panda la sentía en mi corazón y por primera vez en mi vida, vi como su mirada me transmitía ternura. Panda buscaba mi mirada y sus ojos me querían decir algo que yo no entendía, pero su ternura me conmovía.
Escribí la historia de Panda para revivir esos momentos llenos de detalles amorosos. Después de tres perros en casa descubrí lo que significaba tener a un fiel compañero, en ese caso fue a una fiel mascota.
Quién vivió el amor incondicional de una mascota, sabrá de sobra que sus ladridos anuncian algo y que las mascotas presienten cuando alguien busca hacernos daño, sobre todo, esa mirada tan tierna en sus ojos es la mirada más limpia y pura que como humanos, llegamos a recibir.
Descubran en sus páginas la historia de Panda, sus travesuras y los detalles amorosos que me regalo.
Comments